A 87 Años del Natalicio de “El Danto”: Fuerza del Frente Norte Revolucionario

Hoy, 17 de agosto se conmemora el 87 aniversario del natalicio del comandante Germán Pomares Ordóñez, conocido cariñosamente como “El Danto.” Este destacado líder revolucionario no solo fue uno de los fundadores del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), sino que también desempeñó un papel crucial como jefe del Frente Norte “Carlos Fonseca Amador.”

Desde joven, creció inmerso en las labores del campo, trabajando en las haciendas de los oligarcas que dominaban la región. Fue en estos escenarios donde Pomares forjó su cuerpo de acero y, al mismo tiempo, comenzó a despertar una profunda conciencia sobre las desigualdades y las injusticias sociales que prevalecían en Nicaragua bajo la opresiva dictadura somocista. Estas vivencias tempranas serían determinantes en su compromiso con la lucha revolucionaria y en su inquebrantable dedicación a la causa del pueblo nicaragüense.

A partir de 1959, comenzó a establecer sus primeros contactos con sectores comprometidos en la lucha por la liberación de Nicaragua, iniciando así su camino en la resistencia contra la dictadura somocista. En 1960, se unió a la Juventud Patriótica Nicaragüense (JPN), un movimiento que agrupaba a jóvenes con ideales revolucionarios.

Un año después, en 1961, se integró al Movimiento Nueva Nicaragua (MNN), una organización que se convertiría en el precursor del Frente de Liberación Nacional (FLN). Este movimiento, fundamental en la historia de la revolución nicaragüense, que más tarde adoptaría el nombre de Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).

Su participación en importantes comandos de la Guerrilla Revolucionaria

En 1962, se unió a la columna guerrillera que se estaba preparando para llevar a cabo acciones militares en las zonas de Raití, Bocay y Río Coco, demostrando su determinación y valentía en la lucha armada. Como parte de este grupo, participó activamente en la organización de esta Jornada Guerrillera, un esfuerzo crucial para establecer presencia revolucionaria en regiones estratégicas de Nicaragua.

Su compromiso con la causa revolucionaria lo llevó, en abril de 1967, a integrarse al campamento guerrillero situado en el Cerro Pancasán, Matagalpa, donde rápidamente se destacó por su extraordinaria capacidad organizativa. En este campamento, Pomares asumió la responsabilidad de dirigir la construcción de depósitos para almacenar alimentos en la zona de Fila Grande, asegurando así la sostenibilidad de las operaciones guerrilleras en un entorno inhóspito.

Fue miembro del Comando “Juan José Quezada,” una unidad guerrillera del FSLN, que el 27 de diciembre de 1974 ejecutó una de las acciones más audaces de la revolución: el asalto a la casa del ministro somocista José María “Chema” Castillo. Este golpe, cuidadosamente planeado y ejecutado, representó un duro revés para la dictadura somocista, demostrando la creciente capacidad operativa del FSLN y su determinación de debilitar al régimen desde sus cimientos.

Tres años después, en 1977, Pomares fue una pieza central en la elaboración del Plan Estratégico de la Ofensiva de Octubre, un movimiento clave que marcó un nuevo capítulo en la lucha revolucionaria. Fue en este contexto que se convirtió en uno de los fundadores del Frente Norte “Carlos Fonseca Amador,” una estructura guerrillera que llevaría el nombre del máximo líder del FSLN, y que sería fundamental en la intensificación de las acciones armadas en el norte del país.

Las últimas batallas de “El Danto”

El 26 de marzo de 1979, “El Danto”, lideró la histórica toma de El Jícaro, en Nueva Segovia, operativo crucial en la escalada de la lucha armada que llevaría a la liberación de Nicaragua. Bajo su mando, se ejecutaron importantes acciones militares en varias regiones claves, infligiendo serios golpes a las fuerzas de la Guardia Nacional, debilitando su control y acelerando el avance revolucionario hacia la capital.

El 22 de mayo de 1979, durante un combate en el cerro La Cruz, cerca del municipio de Jinotega, Pomares fue alcanzado por una bala que le provocó heridas mortales, pasando a la inmortalidad la madrugada del 24 de mayo, apenas 58 días antes del triunfo definitivo del 19 de julio de 1979.

Su muerte representó una pérdida profunda para el Frente Sandinista y para el pueblo nicaragüense, pero su legado perdura como símbolo de valor y sacrificio en la lucha por la libertad y la justicia en Nicaragua. Pomares no llegó a ver el triunfo que había ayudado a forjar, pero su contribución fue fundamental en la victoria del pueblo sobre la tiranía somocista, asegurando su lugar como uno de los héroes más venerados de la Revolución Sandinista.