El Danto fue como bautizó el Coronel Santos López a Germán Pomares Ordóñez, un hombre trabajador y revolucionario, ejemplo vivo de humildad, del sentir de los oprimidos y de la lucha por la dignidad de los más desposeídos.
Nace un 17 de agosto de 1937 en El Viejo, Chinandega, lugar donde creció en el trabajo de campo, en las haciendas de los oligarcas, fortaleciendo su cuerpo de acero y adquiriendo conciencia de la injusticia social que imperaba en Nicaragua bajo la dictadura somocista. Su vocación revolucionaria abonada por el sufrimiento que los obreros agrícolas sufrían y las condiciones precarias en las que vivían, lo impulsó a participar en la fundación del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), al lado de Carlos Fonseca, Tomás Borge, Silvio Mayorga y Oswaldo Madriz.
El Danto fue protagonista de las gestas guerrilleras más importantes en la historia del FSLN, fue parte del contingente guerrillero de Pancasán, en la toma de la casa de Chema Castillo y responsable político-militar del Frente Norte durante la ofensiva final contra la dictadura somocista y aunque no alcanzó a ver el triunfo tan cercano, su legado y lucha fortaleció la convicción de quienes se unieron por lograr la liberación de Nicaragua.
Fue un 22 de mayo de 1979 que enfrentando en combate a la Guardia somocista, el Cmte. Germán Pomares Ordóñez, fue herido de bala en el cerro de La Cruz, cerca de la ciudad de Jinotega y se rindió a la muerte el 24 de mayo, a escasos dos meses del triunfo de la Revolución Popular Sandinista.
En reconocimiento a su memoria, legado y el abono de su sangre a las tierras segovianas, la Asamblea Nacional de Nicaragua lo declara Héroe Nacional el 29 de agosto de 1981 y el 30 de abril de 1985 se crea, mediante Ley N° 5, la Orden «Comandante Germán Pomares Ordóñez» destinada a reconocer servicios excepcionales a la patria.
El Danto, es ejemplo vivo de amor revolucionario, de lucha justa y firme convicción, la misma que debemos tener para seguir defendiendo la patria de los enemigos de la paz y el progreso; el Danto es símbolo de unidad, de amor y sana recreación, pues también era amante del deporte y su vida y sangre se ofrendó para que hoy todos los y las nicaragüenses gocen de derechos y oportunidades sin distinción, sin recriminación ni agresión, lo que fue, es y será posible solo de la mano del Frente Sandinista de Liberación Nacional.